Comenzamos el día 12 cambiando las aguas en el área y nos dirigimos a Royan, una vez llegamos no nos ha gustado mucho, es una ciudad costera que nos ha recordado a Benidorm, así que hemos dado una vuelta con la auto y finalmente decidimos comprar algo en un super y comer en el parking del mismo.
Tenía información acerca de que en la localidad de La Tremblade había un tren turístico de vapor. Después de subir en el cremallera de Rhune y en el funicular de San Sebastián, pensamos que era una buena idea.
Lo malo fue que los precios nos parecieron abusivos y nos conformamos con esperar para ver cómo funcionaba.
El tren realiza un trayecto de 21 km
Finalmente seguimos hasta la primera de las islas que vamos a visitar.
La isla D´Oleron.
Se trata de una isla grande, de 175 km2 (34 de larga x 15 de ancha) unida al continente por un imponente puente de casi 3 km de largo desde 1965.
Nos quedamos pasmados, era la primera vez que cruzamos a una isla en autocaravana.
Fort Louvois, construido por Vauban, al igual que el Fort Boyard y otras murallas y ciudadelas de la isla.
Visitamos el Castillo d´Oleron, una fortificación ideada también por el arquitecto Vauban para Luis XIV. Estas edificaciones son muy originales y nos las vamos a encontrar en varias ocasiones.
Tuvimos que hacer una visita rápida porque estaba prohibido aparcar autocaravanas (pese a que había sitio de sobra)
Por cierto La isla de Oleron tiene unos 20.000 habitantes distribuidos en 10 municipios.
Las niñas estuvieron disfrutando de un agradable paseo por las murallas
También había unos carteles que siguiendo el itinerario te contaban la historia de la ciudadela.
Estaba en inglés y francés.
Nos hemos dado cuenta que el francés leído es muy fácil de entender.
Cruzamos toda la isla para llegar al faro de Chassiron. En el extremo oeste de la misma. Una maravilla.
Inaugurado en 1836 y de 46 metros de alto, al principio era de un solo color, pero no se veía bien y en 1926 se decidió pintar tres bandas negras horizontales.
Hacía bastante viento y el aire estaba cargado de olor a salitre y a algas.
Nos quedamos un rato contemplando el mar y echándonos unas fotos.
Finalmente tocaba retirada.
Nos quedamos a dormir en la misma isla en un área de pago, que en realidad era como un camping antiguo con duchas, wc y electricidad por solo 9 euros.
Allí conocimos a unos españoles.