Nos despedimos de Poitiers. Salimos antes de las 8 de la mañana del área de Futuroscope (para no pagar un día más) y nos vamos hacía la conocida ruta de los Castillos del Loira

Son 66 castillos, de ellos, solo 16 ostentan el título de Grandes sitios catalogados con la excelencia.

Básicamente están a lo largo del transcurso del río (a veces hay que desviarse bastantes kilómetros) entre Orleans y Nantes.

Sobre los castillos hay multitud de información, nosotros nos limitaremos a relatar nuestra experiencia.

Lo primero que nos llamó la atención es que son lugares mucho más turísticos y masificados que las zonas que habíamos visitados antes.

Primero fuimos a Azay Le Rideau. Un pequeño municipio con castillo, por supuesto al que no entramos. El motivo es que en la oficina de turismo nos ofrecieron un listado de todos los castillos y el precio de las entradas. Y es que los castillos son privados y ninguno es gratuito. Así que aunque habíamos pensado en entrar a varios, decidimos que íbamos a entrar solo a uno, y el elegido fue Villandry. Y para allá que nos fuimos.

Desde Azay decidimos coger la carretera D-952 y fue todo un acierto porque va bordeando el Loira y vas viendo pueblos, castillos y el cauce del río sin bajarte de la auto.

Llegamos a Villandry y aparcamos en su área de Ac Gratuita. Fuimos al castillo y pagamos la entrada de jardines e interior (19 euros). Aunque el castillo es interesante, los jardines son espectaculares. Son jardines tipo Versalles con sus fuentes, setos, lagos artificiales e incluso laberinto. Aunque fue construido hacia 1536, el castillo llegó al siglo XIX hecho una ruina, cuando el profesor español Joachim Carvallo lo compró y dedicó su vida a su reforma. Él es el artífice de la creación de los jardines y ahora es propiedad de su bisnieto Henri Carvallo.

Después de la visita comemos en el área de Villandry y seguimos por la bonita carretera D-952.

Comentar que hay un carril bici que recorre todo el Loira y vimos multitud de ciclistas con alforjas que iban realizándolo. La verdad es que es una buena idea puesto que en todo el valle no hay apenas desnivel y los pueblos están muy cerca unos de otros.

Con la autocaravana pasamos por el centro de Tours y lo que vi desde la ventanilla me encantó, así que la próxima vez que pasé por allí visitaré Tours.

Al final llegamos a Amboise ya atardeciendo, nos fuimos al camping municipal Ille D´or. Un camping que está en una isla que forma el cauce del Loira.

En Francia hay multitud de campings municipales, que son más económicos que los privados, si bien suelen estar un poco menos cuidados pero merecen la pena. No suelen tener piscina, pero muchas veces, como en este caso, te hacen descuento en la piscina municipal, que está justo al lado del camping.

Como llegamos tarde para bañarnos fuimos a un parque cercano en el que Julia se estuvo tirando 200 veces con una tirolina.

En el camping conocimos una familia de Alicante, que bajaba de París y que no sabía mucho de los castillos, así que estuve haciendo de guía turístico un rato.