Día 9. Potiers

Hoy vamos a pasar el día en Poitiers. Vamos con la autocaravana hasta el centro de la ciudad y aparcamos fácilmente en zona azul.

La verdad es que ni en Angulema, ni en Poitiers hemos encontrado aglomeraciones, ni demasiado turismo.

Poitiers es una ciudad más grande que Angulema, y su casco histórico está en lo alto de un promontorio por lo que para llegar hay que subir una cuesta.

Lo primero que hicimos fue toparnos casi sin querer con la Iglesia de Notre Dame la Grande. Una maravillosa iglesia románica con un aire similar al de la catedral de Angulema. Evidentemente tiene menos altura, pero su portada, con tres accesos de arcos de medio punto con arquivoltas y ricamente decorada con esculturas y dos peculiares torres circulares, la hace bella y proporcionada. Además está enclavada en una plaza de la que parten todas las calles más importantes de su cité.

La catedral la iluminan las noches de verano con juegos de luces de colores. Nosotros no nos quedamos por la noche a ver el espectáculo.

Julia tiene cada vez más afán por entrar y conocer iglesias y catedrales, es una nueva afición que nos sorprendió bastante.

Hacemos el paso obligado por la oficina de turismo y empezamos nuestro recorrido plano en mano.

Hace unos años había unas líneas de colores que te llevaban de monumento en monumento pero están casi desdibujadas y ya no se usan según nos informaron en la oficina de turismo.

De todas formas el espacio a recorrer no es muy amplio y se encuentra todo fácilmente.

Visitamos la catedral de San Pedro, un edificio de estilo gótico y la iglesia de Santa Radegondé, lugar donde la santa está enterrada. A Julia le encantó la historia de esta santa que vivió en el siglo VI. Hija del rey Berthar, su familia fue asesinada por el merovingio Clotario I. Y ella fue hecha prisionera y después obligada a casarse con Clotario. Fue una de sus cuatro esposas y no le dio hijos. Después de que Clotario asesinara al único hermano que a Radegondé le quedaba vivo, huyó y se refugió en Poitiers donde fundó un convento y se dedicó a Dios y a sanar heridas. Fue canonizada en el siglo IX por sus milagros.

Julia desde entonces no para de pedirle cosas a Santa Radegondé.

Por último visitamos el Baptisterio de Saint Jean, que siendo del siglo V, es uno de los vestigios cristianos más antiguos de Europa. Nos asomamos a verlo porque la entrada costaba dos euros y se veía en un solo vistazo.

Por último fuimos al mercado y compramos salmón para la cena. Es curioso pero en las ciudades francesas siguen utilizando el mercado o plaza, cosa que en España cada vez se pierde más.

Seguimos nuestro paseo viendo una estatua de la libertad, como la que los franceses les regalaron a los estadounidenses por su independencia de Inglaterra, pero tamaño bolsillo.

Vimos alguna más por Francia en el transcurso del viaje.

Por último pasamos por un centro comercial y me compré un bañador de los del gusto francés para poder bañarme en la piscina del camping.

Después fuimos al camping a ver la crono de Saint Michel del Tour, mientras Julia se tiraba 200 veces por el tobogán acuático cual hamster.

Por último salmón al canto y a dormir.

 

Notre Dame La Grande de Potiers
Notre Dame La Grande de Potiers
Calles del centro de Potiers
Calles del centro de Potiers
A Julia le ha encantado la catedral de San Pedro
A Julia le ha encantado la catedral de San Pedro
Iglesia de Santa Radegondé
Iglesia de Santa Radegondé
Atardecer con vistas a Futuroscope
Atardecer con vistas a Futuroscope