Nos levantamos y de buena mañana lo primero que hacemos es subir los 268 escalones para entrar en San Michel D´Aiguilhe. Una vez allí nos hacen pasar por taquilla, 9 euros los tres. Nos quedamos con la duda de si los peregrinos que van a Santiago también deben pagar. Entramos y la verdad es que el sitio tiene algo mágico, es una ermita pequeña con las paredes pintadas con pinturas románicas, una maravilla, pero se ve en 5 minutos.

Después paseamos por las calles empedradas de Le Puy hasta la catedral de Notre Dame, una catedral curiosa porque se accede por una empinada escalinata y es una mezcla de estilos construida con rocas volcánicas de diferentes colores.

Después de verla decidimos subir al cerro en el que hay una gran estatua de la virgen color salmón, pero desistimos porque otra vez nos quieren hacer pagar.

Nos vamos hacia nuestro siguiente destino, la Provenza.

Para llegar hasta allí, pasamos por las Gargantas del Ardeche, por una estrecha carretera, un lugar precioso lleno de pequeños pueblos, naturaleza salvaje, lagos, campings, etc. El sitio merece la pena, teníamos la idea de ir a darnos un baño al Pont D´arc. Un arco que hace la roca en el tramo del río, pero hoy lleva todo el día lloviendo así que desistimos y seguimos hasta Avignon.

Llegamos ya a última hora y vamos al camping municipal de Morieres les Avignon, a escasos dos kilómentros de Avignon. El caso es que entramos a ver las instalaciones y se nos quedan mirando. Cuando vamos a recepción la chica nos dice que no habla ni español ni inglés. A los 30 segundos de explicarle por mímica dice que sí habla inglés y que el camping está lleno. Nuestra impresión es que nos quería echar, porque cuando nosotros vimos las instalaciones había parcelas libres. Con esas nos salimos del camping y nos quedamos aparcados en la puerta, ya que era una zona tranquila de pistas polideportivas y pasamos la noche gratis.