Hoy es el gran día, por fin pasará el Tour de Francia, es la etapa que acaba en Bagneres de Bigorre.

Por la mañana nos vamos de senderismo, esquivando las abundantes boñigas de vaca, vamos ganando altura para que el móvil tenga algo de cobertura y Leles pueda llamar a casa.

Al volver comemos tempranito y cogemos la mochila y unos taburetes para subir por la carretera los 2 km que hay hasta la cima. Nos terminamos poniendo justo debajo de la pancarta de puerto de montaña.

Hay un ambientazo y comienza la espera.

Al poco tiempo empieza a pasar la caravana publicitaria, es un auténtico show, con gogós, música y coches inverosímiles. Julia está alucinando y se muestra muy animada.

Enseguida hace acopio de regalos, un auténtico muestrario de bolígrafos, gorras, tebeos, salchichones, gominolas y hasta detergente para la ropa.

Al rato llegan a la cima los encargados del último avituallamiento líquido de la jornada. Julia hace migas con el muchacho del equipo Garmin, que le termina regalando su gorra y un bidón. Julia le daría suerte al equipo porque al final Daniel Martin se llevó el triunfo de etapa en Bagneres

Después hay que esperar bastante rato hasta que llegan los coches de los equipos, los helicópteros y al final los ciclistas con las motos de la televisión.

Pasan dos escapados que se jugarían la victoria de etapa, son Jacob Fugslan y Daniel Martin. A un minuto más o menos pasó el grupo de favoritos donde adivinamos en medio de un ruido ensordecedor a Froome, (que ya va de amarillo) y Contador.

Luego esperamos a que pasen todos los corredores y coches de los equipos y nos bajamos para el prado.

Casi todos los campistas han venido a pasar el fin de semana, pero nosotros no tenemos prisa, así que nos sentamos a ver como está todo el mundo atascado intentando irse.

Unas dos horas después, con la carretera despejada, decidimos irnos a Campan a pasar la noche en su área, porque necesitamos vaciar y llenar aguas.

Nos despedimos , con mucha pena, de nuestros compañeros de fin de semana, en especial de una señora vasca casada con un francés que durante años regentó una lavandería y vive en las Landas. También de los holandeses del Hondón de los Frailes, un grupo de jóvenes vascos y los de la ac de al lado unos franceses con un perrito que eran muy simpáticos.

Al llegar a Campan, el área está repleta, pero encontramos un hueco. Los franceses ya están cenando pese a que son las 20:00. Llenamos agua con mucha dificultad desde una fuente que tiene una cabeza de pato de metal de la que sale un chorro de agua ininterrumpidamente. Evidentemente me pongo perdido de agua.

Al final, durante la cena, ayudo a un muchacho a meter una moto dentro de una furgo y Julia pasa el rato jugando al dominó con unos franceses. Uno de ellos incompresiblemente, duerme en una tienda de campaña en césped del área.